El asiento de una antigua silla de escuela pintada de azul hace de estantería. Las vigas sujetanel techo metálico y varias cuchillas de afeitar de las que cuelgan algunos pelos rizados. Un sumidero rodeado de arena completa la única estancia enlosada en las casas saharauis. Y tengo suerte, porque otras casas no tienen sumidero y la ducha tiene que llevarse a cabo en la misma letrina donde el pozo ciego se lleva los excrementos.
Todo está pintado de blanco, excepto la estantería y un par de clavos que hacen de percha, azules. La letrina está en la puerta contigua. La pared que los separa no llega hasta el techo. Un cable con una bombillita mínima hace de luz para los dos diminuts habitáculos: sólo tienes que pasarlo de un lado a otro. En la ducha no hay interruptor, el que hay está en el váter y consiste en dos cables pelados que hay que unos y enroscar para que se encienda la bombillita.
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