Me gustaría ser ella
porque así si lo fuera
reduciría el ansia
de aquéllos que la esperan.
Cuatro paredes blancas
serían mi horizonte,
la del feto perdido
conocería mi nombre.
Me gustaría ser ella
atrapada en mi mundo,
en el pasillo oscuro
al que la llevó un hombre.
La blanca luz del pasaje
siempre sería opaca;
el cielo enmarcado
en madera enrejada
nívea como el camino
donde se acaba mi alma.
La niña tiene frío,
blanca y perdida mira
hacia donde sólo ve
su infinito vacío.
Blanca sábana la arropa,
blanco sueño la acompañe
El dolor insoportable
se oculta frío y traslúcido
tras las lágrimas de un padre.
No te preocupes más,
niña perdida y hallada,
que en un blanco amanecer
al sol estarás sentada
y el cielo libre otra vez
como tú siempre soñabas.
Duerme tranquila, niña
yo velaré tu sueño
y los que aquí te esperan
no lo echarán de menos.
Niña de los ojos blancos,
camina por los jardines,
niña de mirada perdida,
no hay más de lo que tienes,
niña llora, niña fría,
y trasforma esa sonrisa,
que es y será la mía.
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